
Después de más de un mes de búsqueda incansable, la familia de Virginia Arucutipa, joven madre de 30 años asesinada y descuartizada por su expareja, logró este lunes un avance en su lucha por justicia: una de sus extremidades fue hallada entre los residuos del botadero de Villa Ingenio, en El Alto. La pierna fue identificada por un tatuaje distintivo reconocido por sus familiares.
“El hallazgo fue posible gracias a un tatuaje en la pierna derecha, que fue inmediatamente identificado por sus familiares”, confirmó Virginia Ugarte, presidenta de la Asamblea de Derechos Humanos de El Alto. El resto del cuerpo continúa desaparecido y la búsqueda se reanudará este martes con apoyo de equipos especializados.
El caso estremeció al país. Deivid Quispe Poma, expareja de Virginia y autor confeso del crimen, fue sentenciado a 30 años de prisión sin derecho a indulto por feminicidio e infanticidio. Según su declaración, el asesinato ocurrió el 20 de mayo tras una discusión relacionada con la demanda de asistencia familiar. Dos días después, Quispe también mató al hijo de ambos, Demian, de apenas 10 años.

Tras cometer el doble crimen, el feminicida descuartizó el cuerpo de Virginia y lo arrojó a la basura. Desde entonces, su familia ha emprendido una dolorosa búsqueda entre toneladas de desechos. “No han perdido la esperanza. En 31 días de búsqueda lograron encontrar una extremidad”, relató Ugarte, visiblemente conmovida.
El hallazgo representa un paso importante para que la familia pueda al menos ofrecer sepultura digna a Virginia, junto a su hijo. Organizaciones de derechos humanos han condenado la brutalidad del caso y exigen al Estado mayores esfuerzos para frenar la violencia feminicida.
“Este caso no puede quedar como una cifra más. Es un llamado urgente a fortalecer los mecanismos de prevención y respuesta a la violencia contra las mujeres”, sostuvo Ugarte.