
El fuego arrasó un taller, una empresa de electrónicos y afectó severamente un edificio de ocho pisos que ahora está deshabitado por riesgo de colapso. El siniestro evidenció graves falencias en el sistema de agua para emergencias.
Un incendio de grandes proporciones registrado la noche del lunes en la zona de Sopocachi, en La Paz, dejó a más de 25 familias damnificadas y sacó a la luz preocupantes deficiencias en la respuesta de emergencias de la ciudad. El fuego consumió completamente un taller automotriz y una empresa de artefactos electrónicos, mientras que el humo y las llamas dañaron de forma severa la estructura del edificio “De Luna”, de ocho pisos, que debió ser evacuado en su totalidad por riesgo de derrumbe.
La causa preliminar del siniestro apunta al sobrecalentamiento de fusibles en los ambientes de una de las empresas, según el informe policial. Las familias afectadas, que perdieron bienes materiales y negocios enteros, presentaron ayer una denuncia penal ante la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC), con el objetivo de encontrar y sancionar a los responsables.
El personal de Bomberos Antofagasta, junto con brigadas de rescate de la Alcaldía, protagonizó una intensa operación para evacuar a los habitantes del edificio afectado. Entre las personas rescatadas se encuentra una mujer de 70 años que fue hallada inconsciente en su departamento lleno de humo. También se evacuó a otras tres mujeres, entre ellas dos adolescentes, además de gatos y perros que permanecían atrapados.
Las escenas fueron dramáticas. “El edificio debe quedar vacío por los graves daños estructurales. No se puede poner en riesgo la vida de las personas hasta que un peritaje técnico determine si es seguro volver”, indicó José Gudiño, abogado de los afectados.

El fuego se desató alrededor de las 19:15 en un predio de la calle Lisímaco Gutiérrez, donde funcionaban un taller y la empresa “Domoticus”, dedicada a la venta de calefactores. A las 19:55 llegó el primer grupo de bomberos, pero se enfrentó a una limitante crítica: la cisterna se vació rápidamente y no había presión suficiente para recargarla. Los hidrantes más cercanos estaban a varias cuadras del lugar.
Ante la emergencia, vecinos formaron cadenas humanas para acarrear agua en baldes desde diferentes puntos. Las imágenes se viralizaron en redes sociales y generaron duras críticas por la improvisación y la falta de infraestructura para enfrentar incendios urbanos.
La presión fue tal que inicialmente los mandos policiales evitaron hacer declaraciones. Recién al mediodía del martes, el subcomandante de la Policía, Álvaro Chacón, brindó un informe preliminar donde negó deficiencias del cuerpo de Bomberos y apuntó responsabilidades a otras instituciones.
Aunque no se reportaron víctimas fatales, los daños materiales son cuantiosos. Viviendas, negocios, salones de belleza y centros de tratamiento corporal quedaron inutilizados. Paredes y electrodomésticos fueron afectados por el humo, y el sistema eléctrico y de agua quedó severamente dañado.
Priscila, dueña de uno de los negocios afectados, indicó que, según la Alcaldía, los estudios técnicos que determinarán si el edificio puede volver a ser habitado podrían tardar hasta diciembre. “Aunque nos dejen volver, ya nada funciona. El lugar quedó inhabitable”, lamentó.