
El viceministro de Desarrollo Agropecuario, Álvaro Mollinedo, informó que las importaciones de papa en Bolivia cayeron de más de 100.000 a solo 20.000 toneladas en 2024, gracias a la implementación de tecnologías agrícolas, el uso de semillas certificadas y el fortalecimiento del rendimiento productivo en distintas regiones del país.
Bolivia ha logrado una drástica reducción del 80% en la importación de papa, pasando de adquirir más de 100 mil toneladas anualmente a solo 20 mil este 2024. Así lo confirmó el viceministro de Desarrollo Agropecuario, Álvaro Mollinedo, durante un acto oficial en La Paz, donde destacó que el país está cada vez más cerca de alcanzar la soberanía alimentaria en este rubro.
“Esto se debe a que mejoramos nuestra producción y, con seguridad, vamos a dejar de importar papa. Apuntamos a la soberanía en este rubro”, señaló Mollinedo durante la entrega de certificados del “Curso de Alto Nivel en la Producción de Papa Comercial y Nativa”.

El viceministro resaltó que uno de los factores clave ha sido la inversión estatal en tecnología, insumos, capacitación y asistencia técnica, en el marco del Programa Nacional de Tubérculos y Raíces. Este plan fomenta el uso de semillas certificadas y buenas prácticas agrícolas, permitiendo que el rendimiento por hectárea se dispare: actualmente se producen 54 toneladas por hectárea en el altiplano, 65 t/ha en los valles y hasta 90 t/ha en zonas mesotérmicas.
Según datos oficiales, Bolivia consume anualmente alrededor de 1 millón de toneladas de papa. Por ello, el aumento en la producción nacional no solo reduce la dependencia del mercado externo, sino que abre la posibilidad de generar excedentes para exportación.
“Estamos transformando nuestra agricultura con base en conocimiento técnico, y eso se refleja en la seguridad alimentaria real, no como un eslogan”, sostuvo Mollinedo.
La autoridad concluyó que, si las tendencias actuales continúan, el país no solo logrará autosuficiencia en papa, sino que también podrá posicionarse como productor competitivo a nivel internacional.
Fuente: El Deber