
El presidente salvadoreño Nayib Bukele respondió este domingo a las fuertes críticas internacionales por la reforma constitucional que habilita la reelección presidencial indefinida en El Salvador, argumentando que el rechazo se debe a que se trata de un país “pequeño y pobre” que actúa con soberanía.
A tres días de que el Congreso de El Salvador, controlado por el oficialismo, aprobara de forma exprés una reforma constitucional que permite la reelección indefinida, extiende el mandato presidencial de cinco a seis años y elimina la segunda vuelta electoral, el mandatario Nayib Bukele salió al paso de las reacciones internacionales.
Organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional, Human Rights Watch (HRW) y WOLA calificaron la medida como un “golpe mortal a la democracia” y una maniobra para afianzar el poder de Bukele, quien ya fue reelegido en 2024 con un amplio respaldo electoral.
El presidente, de 44 años, rechazó las acusaciones y usó sus redes sociales para cuestionar lo que considera un trato desigual hacia los países en desarrollo.

“El 90% de los países desarrollados permiten la reelección indefinida de su jefe de gobierno y nadie se inmuta”, escribió Bukele en X (antes Twitter).
“Pero cuando un país pequeño y pobre como El Salvador intenta hacer lo mismo, de repente es el fin de la democracia”.
También ironizó que, si El Salvador adoptara un modelo de monarquía parlamentaria similar al del Reino Unido o España, “las críticas seguirían”.
“El problema no es el sistema, sino el hecho de que un país pobre se atreva a actuar como un país soberano”, agregó.
Desde su llegada al poder en 2019, Bukele ha consolidado un control casi total de las instituciones del Estado. Su popularidad ha crecido exponencialmente desde que lanzó en 2022 una cruzada contra las pandillas, que ha reducido la violencia a niveles históricos, según cifras oficiales.
Sus detractores, sin embargo, lo acusan de autoritarismo creciente, represión de la disidencia, falta de transparencia y debilitamiento del sistema de contrapesos.
Con la nueva reforma, Bukele podría presentarse indefinidamente a la presidencia sin necesidad de una segunda vuelta, en un contexto donde la oposición ha sido debilitada y la sociedad civil enfrenta crecientes restricciones.