
Este jueves comenzaron a regir los nuevos aranceles impuestos por el presidente estadounidense Donald Trump a productos provenientes de más de 90 países, incluidos ocho de América Latina y el Caribe, en un intento por rediseñar el sistema comercial global. Economistas advierten que la medida podría terminar afectando más a los consumidores y empresas dentro de Estados Unidos.
La política arancelaria del gobierno de Donald Trump dio un nuevo paso este jueves con la entrada en vigor de una serie de impuestos a las importaciones de más de 90 países. En América Latina, los países que figuran en la lista son Brasil, Bolivia, Canadá, Costa Rica, Ecuador, Guyana, Nicaragua y Venezuela, quienes ahora deberán enfrentar nuevas barreras para colocar sus productos en el mercado estadounidense.
Desde la Casa Blanca, Trump justificó la medida alegando que durante años “países se han aprovechado de Estados Unidos” y aseguró que los aranceles permitirán el ingreso de “miles de millones de dólares” a la economía norteamericana. Sin embargo, especialistas en comercio internacional advierten que los nuevos aranceles podrían terminar trasladándose a los precios internos, encareciendo bienes de consumo para los ciudadanos estadounidenses.
En el caso de Brasil, el castigo arancelario es particularmente severo. Las exportaciones brasileñas enfrentan un arancel del 50%, el más alto de todos los países incluidos en la lista. La decisión fue acompañada de un discurso duro de Trump, quien acusó al país sudamericano de llevar adelante una «cacería de brujas» contra su aliado Jair Bolsonaro y de promover restricciones a empresas tecnológicas de EE.UU.

México y China, por ahora, se salvan del impacto inmediato. La Casa Blanca decidió pausar por 90 días la aplicación de los aranceles más altos contra estos dos países, mientras continúan las negociaciones comerciales. China enfrenta una fecha límite más próxima, el 12 de agosto, cuando vence una tregua arancelaria previa.
Por otro lado, países como el Reino Unido, Japón, Corea del Sur y la Unión Europea lograron acuerdos con Washington que les permiten mantener aranceles más bajos o aplazar la entrada en vigor de los nuevos impuestos. En el caso del bloque europeo, se aceptó un arancel del 15% a cambio de ciertas concesiones bilaterales.
A pesar del rechazo internacional y el riesgo de represalias comerciales, Trump mantiene su postura de endurecer las reglas del comercio global. Para el mandatario republicano, las medidas son parte de una estrategia para reformular el sistema global de intercambio, que considera injusto y perjudicial para los intereses de Estados Unidos.
El impacto de esta política se evaluará en los próximos meses, especialmente en sectores productivos de los países afectados, muchos de los cuales dependen fuertemente de las exportaciones hacia EE.UU., así como en los precios de bienes importados en el mercado estadounidense.
Fuente: Los Tiempos