
El senador colombiano y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay falleció este lunes en Bogotá, dos meses después de haber recibido múltiples disparos en un atentado ocurrido durante un acto político en la capital colombiana. Su muerte reaviva las tensiones políticas en el país y revive el temor por la violencia electoral a menos de un año de los comicios presidenciales.
Miguel Uribe Turbay, senador del partido opositor Centro Democrático y una de las figuras emergentes de la política colombiana, murió la madrugada de este lunes en la Fundación Santa Fe de Bogotá, donde permanecía internado desde el pasado 7 de junio tras haber sido víctima de un atentado armado durante un mitin en el occidente de la capital.
El centro médico confirmó su fallecimiento a la 1:56 a. m. mediante un comunicado oficial, en el que lamentó el desenlace pese a los «intensos esfuerzos clínicos y múltiples intervenciones quirúrgicas» realizadas durante semanas. El sábado anterior, los médicos habían advertido de un deterioro crítico en su estado de salud, lo que obligó a nuevas intervenciones neuroquirúrgicas de emergencia.
Uribe Turbay, de 39 años, había recibido varios impactos de bala, incluidos dos en la cabeza, según confirmó la Fiscalía General. El ataque, cometido a plena luz del día, generó conmoción nacional e internacional. Hasta el momento hay seis personas detenidas por su presunta vinculación con el crimen, entre ellas un menor de 15 años señalado como el autor material de los disparos. Las autoridades aún no han determinado el móvil exacto del atentado.

La noticia de su muerte provocó una inmediata reacción política y social. Su esposa, María Claudia Tarazona, publicó en Instagram un breve y emotivo mensaje: “Descansa en paz amor de mi vida”. Por su parte, el partido Centro Democrático, al que pertenecía el senador, expresó su dolor calificando la pérdida como “un vacío imposible de llenar” y destacando el compromiso de Uribe Turbay con el país y la vida democrática.
El fallecimiento del senador ocurre en un contexto político especialmente tenso, marcado por polarización, críticas cruzadas entre partidos y una creciente preocupación por la seguridad de los líderes políticos. Uribe Turbay era uno de los principales críticos del presidente Gustavo Petro y ya se perfilaba como precandidato presidencial con miras a las elecciones de 2026.
Desde el exterior también llegaron muestras de solidaridad. El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, expresó su pésame mediante un mensaje en la red social X, destacando el legado del senador y pidiendo justicia para los responsables del crimen. “Estados Unidos permanece en solidaridad con su familia y el pueblo colombiano”, escribió.
La muerte de Uribe Turbay remueve recuerdos dolorosos en la historia reciente de Colombia, donde durante las décadas de los 80 y 90 los asesinatos de líderes políticos, candidatos presidenciales y activistas fueron frecuentes. El caso, que comenzó como un intento de asesinato en plena vía pública, se convierte ahora en un símbolo de los riesgos latentes que enfrentan los actores políticos en el país sudamericano.
La Fiscalía continúa con las investigaciones para esclarecer el crimen, mientras el país enfrenta un duelo colectivo por la pérdida de un político joven que, según sus allegados, apostaba por un cambio dentro de las instituciones. Su fallecimiento añade una sombra de violencia al ya complejo panorama preelectoral colombiano.
Fuente: BBC