Cumbre en Alaska: ¿Paz o poder? Lo que buscan Trump y Putin en su primer cara a cara

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Donald Trump y Vladimir Putin se reunirán este viernes en Alaska en un encuentro marcado por intereses opuestos y un contexto global tenso. Mientras el presidente estadounidense busca consolidarse como mediador internacional, el líder ruso llega con exigencias territoriales sobre Ucrania y el objetivo de romper su aislamiento diplomático.

A solo horas de una esperada cumbre entre Estados Unidos y Rusia en Anchorage, Alaska, las expectativas internacionales se dividen entre la posibilidad de un avance hacia el fin de la guerra en Ucrania y el temor de concesiones unilaterales que modifiquen el equilibrio geopolítico global. El presidente estadounidense Donald Trump y su homólogo ruso Vladimir Putin llegarán al encuentro con agendas profundamente distintas, aunque ambos comparten un objetivo inmediato: lograr una victoria política en el escenario internacional.

Para Vladimir Putin, la sola existencia de esta cumbre ya representa un éxito. El Kremlin ha hecho de la reunión una vitrina para demostrar que Rusia ha vuelto al centro del tablero global, pese al aislamiento impuesto tras la invasión a Ucrania en 2022. La elección de Alaska no es casual: su cercanía geográfica con Rusia garantiza seguridad logística y simboliza un espacio “neutral” lejos de la influencia europea, además de revivir el recuerdo histórico de la venta del territorio por parte del Imperio ruso a Estados Unidos en el siglo XIX. Desde Moscú, algunos medios oficialistas han llegado a describir este encuentro como el “fin del aislamiento”.

Pero Putin busca más que visibilidad. Su prioridad es consolidar las ganancias territoriales obtenidas durante el conflicto, especialmente en las regiones de Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón. El líder ruso pretende obtener el aval de Washington para que Kyiv se retire de los territorios aún bajo control ucraniano, algo que Ucrania rechaza tajantemente. “Los ucranianos no cederán sus tierras al ocupante”, reiteró recientemente el presidente Volodymyr Zelensky.

Para Trump, la cumbre ofrece la posibilidad de proyectar liderazgo internacional en plena campaña electoral. El expresidente, que busca la reelección este año, ha manifestado repetidamente su deseo de actuar como “pacificador global” y resolver el conflicto en Ucrania “en 24 horas”. Si bien ese objetivo parece lejano, la reunión le permite presentarse como la única figura capaz de contener a Putin sin escalar la confrontación. Sin embargo, hay preocupación entre aliados occidentales de que Trump, en su afán por mostrar resultados rápidos, haga concesiones estratégicas que favorezcan al Kremlin.

Analistas también señalan un segundo escenario, menos simbólico y más pragmático: la presión económica. Rusia enfrenta un creciente déficit fiscal, sanciones internacionales y la caída de sus ingresos energéticos. Si esas condiciones se profundizan, el Kremlin podría verse obligado a flexibilizar su postura. Por ahora, sin embargo, Moscú insiste en que mantiene la iniciativa en el campo de batalla, descartando cualquier señal pública de debilidad.

En definitiva, esta cumbre podría marcar un punto de inflexión en el conflicto o convertirse en un gesto más de poder sin consecuencias concretas. Lo que está claro es que tanto Trump como Putin buscarán salir del encuentro con la imagen de vencedores, aunque sus definiciones de “victoria” sean diametralmente opuestas.

Fuente: BBC

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