
Los bolivianos acuden hoy a las urnas bajo la mirada atenta de 3.500 veedores nacionales e internacionales, en un despliegue inédito que busca blindar la transparencia electoral; participarán siete misiones internacionales y dos nacionales.
Por primera vez en la historia democrática del país, unas elecciones generales serán observadas por un contingente sin precedentes de misiones nacionales e internacionales
La Unión Europea (UE) anunció que desplegará 120 observadores, mientras que la Organización de Estados Americanos (OEA) contará con 87, provenientes de 19 países.
A estas se suman organismos como Uniore, Copal, la Fundación Carter y el Parlamento Andino, entre otros.
Los veedores estarán presentes no sólo en los recintos electorales, sino también en tribunales departamentales, en el sistema de resultados preliminares (Sirepre), y desde un centro de monitoreo en La Paz, desde donde se consolidarán los reportes para la emisión del informe oficial.
Este blindaje ciudadano e internacional no sólo busca garantizar la transparencia del proceso, sino también reconstruir la confianza en el voto como instrumento legítimo de cambio, en un país donde la sombra del fraude y la desinformación aún persiste.
Según un pronunciamiento de la Mesa de Análisis de la Conflictividad Electoral —integrada por la Defensoría del Pueblo, la Fundación Jubileo, MOEC-OB, CIPCA y UNIR—, este proceso electoral representa un punto de inflexión en la vigilancia ciudadana y el respaldo internacional.
Participación ciudadana

Pero más allá de las grandes misiones internacionales, el protagonismo también lo tienen miles de jóvenes voluntarios bolivianos, sin filiación política, organizados desde la sociedad civil.
La Fundación Jubileo, por ejemplo, desplegará a 900 personas —entre observadores, reporteros comunitarios y técnicos— en más de 500 recintos electorales de 64 municipios, tanto rurales como urbanos.
Sandra Verduguez, jefa de la misión, explicó que 700 de ellos son estudiantes universitarios capacitados específicamente para esta jornada. Su labor se centrará en los momentos clave de la elección: apertura de mesas, votación y escrutinio.
“Son jóvenes de las nueve universidades públicas y de la Universidad Católica. Se han preparado con un curso online, y estarán atentos para detectar irregularidades, especialmente en zonas conflictivas como el Chapare, Llallagua o San Julián”, detalló Verduguez.
La otra gran misión nacional es la de Observa Bolivia, que desplegará a 1.319 observadores a lo largo del país. Estos voluntarios, todos mayores de edad y sin militancia política, realizarán un seguimiento riguroso desde el inicio de la votación hasta el cierre del cómputo oficial.
“No se inmiscuyen en el proceso, no orientan al votante ni interfieren. Su única función es ser garantes de la transparencia, reportando cualquier irregularidad que vean”, explicó José Manuel Bejarano, representante de la iniciativa.
La Mesa de Análisis subrayó que estas elecciones, más allá de definir autoridades, representan una prueba de fuego para el sistema democrático boliviano. En un contexto de tensiones políticas, polarización y desconfianza institucional, el papel de los observadores cobra una relevancia crucial.
Fuente: Los Tiempos