Con una creciente presión militar sobre Gaza y una ofensiva total prevista antes del 2 de septiembre, Israel refuerza su presencia en la zona mientras aumentan las víctimas civiles palestinas y crecen las tensiones internas por el destino de los rehenes.
La situación en Gaza se agrava con el paso de los días. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han intensificado el cerco sobre la ciudad, avanzando con tanques en sectores estratégicos como el barrio de Sabra, en lo que las autoridades militares describen como la fase preparatoria de una ofensiva total prevista para las próximas dos semanas. Según fuentes israelíes, la invasión completa podría iniciarse alrededor del 2 de septiembre, fecha en la que se espera el despliegue de al menos 60.000 reservistas.
Mientras tanto, la tragedia humanitaria en Gaza se profundiza. La Autoridad Nacional Palestina (ANP) denuncia lo que considera una estrategia sistemática de desplazamiento forzado por parte de Israel, tanto en Gaza como en Cisjordania. Las cifras son alarmantes: 289 palestinos han muerto por hambre, de los cuales 115 son niños. A estos se suman víctimas abatidas mientras buscaban comida, como los cinco palestinos que fueron asesinados cerca de un centro de distribución de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA).
En paralelo, la tensión política dentro de Israel también escala. La situación de los rehenes retenidos en Gaza ha generado conmoción nacional, luego de que se confirmara que al menos uno o dos de ellos están en condiciones críticas. La presión sobre el gobierno crece, con protestas lideradas por el Foro de las Familias de los Rehenes, que ha convocado una nueva manifestación masiva en Tel Aviv. El grupo insiste en que aún existe una propuesta de acuerdo sobre la mesa, pero advierte que “no durará para siempre” y que esta podría ser la última oportunidad para salvar vidas.
El gabinete de seguridad israelí se reunirá mañana para evaluar el plan definitivo de asalto a Gaza, mientras que el primer ministro Benjamín Netanyahu sigue desestimando propuestas de diálogo, como la del líder opositor Benny Gantz, quien propuso un gobierno de unidad nacional para facilitar la liberación de los cautivos.
Entre la escalada militar, el deterioro humanitario y las fracturas internas en la política israelí, la crisis en Gaza se encamina hacia un punto de no retorno, mientras miles de palestinos intentan huir de una ciudad que ya enfrenta bombardeos constantes y bloqueos que imposibilitan el acceso a alimentos, agua y atención médica.
Fuente. Los Tiempos
