
Desde este viernes, todos los paquetes que ingresen a Estados Unidos, sin importar su valor, estarán sujetos a aranceles. Washington eliminó la cláusula de minimis, que eximía de impuestos a envíos menores a 800 dólares, lo que impactará directamente a millones de consumidores y comercios internacionales.
Estados Unidos ha dado un giro radical en su política comercial al cancelar, con efecto inmediato, la excepción arancelaria conocida como de minimis, que hasta ahora permitía el ingreso libre de impuestos de paquetes cuyo valor no superaba los 800 dólares. La medida, impulsada por la administración de Donald Trump, entró en vigor este viernes y ya ha generado respuestas a nivel global: servicios postales de varios países, incluidos México y miembros de la Unión Europea, suspendieron temporalmente los envíos hacia territorio estadounidense a la espera de instrucciones claras sobre la nueva normativa.
La eliminación de esta exención, que según la Casa Blanca había creado un “vacío legal”, marca un nuevo capítulo en la guerra comercial que EE.UU. libra bajo la administración republicana. La medida ya había sido aplicada a paquetes provenientes de China y Hong Kong, afectando principalmente a plataformas de venta directa al consumidor como Temu o Shein. Ahora, se extiende al resto del mundo, con la promesa de que no habrá excepciones, ni siquiera para socios comerciales estratégicos.

Durante los próximos seis meses, considerados una etapa de transición, los remitentes podrán optar por una tarifa plana de entre 80 y 200 dólares por paquete, dependiendo del país de origen y las tasas arancelarias aplicables. Pasado ese periodo, todos los envíos quedarán sujetos al cobro pleno de aranceles. La Agencia de Aduanas y Protección de Fronteras de EE.UU. será la encargada de recaudar estos tributos y asegurar el cumplimiento de la normativa.
Desde la perspectiva del gobierno estadounidense, la medida busca no solo aumentar la recaudación fiscal —hasta 10.000 millones de dólares adicionales según la Casa Blanca—, sino también frenar el ingreso de drogas, artículos prohibidos y productos de dudosa procedencia. “El presidente Trump salvará miles de vidas al restringir el flujo de narcóticos y otros artículos peligrosos”, aseguró Peter Navarro, asesor económico presidencial.
El impacto no se hará esperar. En 2024, EE.UU. recibió más de 1.360 millones de paquetes bajo la exención de minimis, equivalentes a mercancías por 64.600 millones de dólares. El volumen diario superaba los cuatro millones de paquetes. La eliminación de esta cláusula para China y Hong Kong ya había reducido ese número a cerca de un millón por día. Washington teme que sin una extensión global de la medida, los remitentes podrían recurrir a terceros países para ocultar el origen real de los envíos.
Las consecuencias para los consumidores estadounidenses serán inmediatas: aumentos de precios en productos importados, desde ropa hasta tecnología, y posibles retrasos en la recepción de paquetes mientras se implementan los nuevos procedimientos aduaneros. En paralelo, países exportadores y empresas de comercio electrónico internacional enfrentan la urgente necesidad de adaptarse a un nuevo entorno comercial más restrictivo, con costos más altos y controles más severos.
La cancelación definitiva de la cláusula de minimis representa un cambio estructural en el comercio global y deja claro que Estados Unidos ha optado por reforzar el proteccionismo, aún a costa de tensiones diplomáticas y disrupciones logísticas. Aunque la medida se presenta como una estrategia para proteger la seguridad nacional y la industria local, su efecto más inmediato será una mayor carga económica para consumidores, comerciantes y gobiernos aliados.