
La delicada situación económica que atraviesa el país no solo afecta al consumidor, sino también a quienes viven del comercio y la gastronomía. Rolando Fernández, vicepresidente de la Asociación de Asadores, expresó su preocupación por la creciente cantidad de socios que se ven obligados a cerrar sus negocios de comida debido al alza sostenida en el precio de las carnes, principal insumo de su actividad.
“Cada semana sube el precio del kilo de carne, ya no se puede sostener el negocio. Muchos compañeros están migrando a otros departamentos, y otros ya se han ido a países vecinos donde ven más posibilidades”, afirmó Fernández.

Según indicó, el costo de producción ha superado las posibilidades de rentabilidad para muchos pequeños emprendedores dedicados a la venta de asados y comidas típicas, quienes además enfrentan una disminución en la demanda por parte de los consumidores, también golpeados por la crisis.
Fernández hizo un llamado a las autoridades para que se tomen medidas que estabilicen los precios y apoyen al sector gastronómico popular, uno de los más representativos de la cultura local y generador de empleos.