
Lo que debía ser una jornada festiva en Estados Unidos terminó en tragedia en Texas, donde lluvias extremas y crecidas relámpago provocaron la peor catástrofe natural en lo que va del año. El saldo provisional supera los 100 fallecidos, muchos de ellos menores de edad, y hay decenas de personas desaparecidas, según las autoridades locales.

El desastre se desató entre el jueves y viernes en la zona conocida como Flash Flood Alley (Callejón de Inundaciones Repentinas), un corredor geográfico que abarca áreas desde Dallas hasta la frontera con México. Esta región, según los expertos, combina una topografía propensa al escurrimiento rápido del agua, suelos poco absorbentes y lluvias torrenciales concentradas por condiciones atmosféricas únicas.
Lo ocurrido en Texas es una combinación trágica de fenómenos naturales intensificados por el cambio climático, una geografía propicia a desastres y una alarmante falta de prevención. Mientras los equipos de rescate siguen buscando sobrevivientes y los hospitales reciben heridos, las familias entierran a sus muertos y el país reflexiona.