Washington también anunció su intención de desplegar en el Caribe al portaaviones Gerald R. Ford, el más grande del mundo, lo que representa un refuerzo significativo de la presencia militar estadounidense en la región. El presidente venezolano, Nicolás Maduro, denunció este movimiento el viernes, calificándolo como un intento de “inventar una nueva guerra”.
Un buque de guerra estadounidense, el USS Gravely, arribó el domingo a Trinidad y Tobago, un pequeño archipiélago frente a las costas de Venezuela, en un movimiento que intensifica la presión de Washington sobre el presidente venezolano, Nicolás Maduro.
El despliegue incluye también una unidad de marines para realizar ejercicios conjuntos con el ejército de Trinidad y Tobago, cuyo envío había sido anunciado el jueves por el gobierno del país anglófono, que cuenta con 1,4 millones de habitantes. El destructor permanecerá en Puerto España hasta el jueves.
Este buque lanzamisiles se suma a un contingente militar estadounidense desplegado en el Caribe desde agosto. Además, desde principios de septiembre, Estados Unidos lidera una campaña de ataques aéreos contra embarcaciones vinculadas al presunto narcotráfico venezolano, en el marco de su estrategia de presión sobre el gobierno de Maduro.
