
En su último mensaje ante las Fuerzas Armadas, el presidente Luis Arce presentó un proyecto de reforma doctrinal basado en la “autodeterminación de los pueblos” y la “soberanía popular”. La propuesta, lanzada en medio de silbidos y críticas, ha generado preocupación entre militares en retiro, quienes advierten un riesgo de politización y cuestionan el momento y el contenido del anuncio.
En el marco de la celebración por los 200 años de las Fuerzas Armadas de Bolivia (FFAA), el presidente Luis Arce ofreció ayer su último discurso oficial ante la institución, antes de entregar el mando el próximo 8 de noviembre. Lo hizo en un acto realizado en Sucre, en medio de una multitud y con el anuncio de una reforma doctrinal que busca, según sus palabras, evitar nuevos alzamientos y defender al país de amenazas tanto externas como internas.
“La nueva doctrina militar, que dejamos como legado de nuestro gobierno, debe ser debatida y aprobada en las instancias pertinentes”, afirmó Arce, al referirse a una política de defensa proyectada para los próximos 25 años y fundamentada en principios como la autodeterminación de los pueblos, la soberanía popular y la defensa integral del país.
Sin embargo, el discurso no fue bien recibido por todos los asistentes. A pesar del ambiente festivo, el mandatario fue abucheado y silbado durante su intervención, en especial cuando mencionó temas sensibles como la defensa del litio y los incendios forestales, ambos duramente cuestionados durante su gestión. Estos episodios revelaron fricciones con sectores afines al oficialismo, y dejaron dudas sobre la capacidad del Ejecutivo para ejercer control y fiscalización en áreas estratégicas.
A lo largo de su mensaje, Arce no precisó si su propuesta implicará una modificación de la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas (LOFA), vigente desde 1992. Esa norma ya había sido señalada como posible objeto de reforma durante la gestión de Evo Morales, dentro de la llamada “Agenda Patriótica 2025”.
El presidente también vinculó el origen de las FFAA con las luchas indígenas encabezadas por figuras como Bartolina Sisa, Tupac Katari y Julián Apaza, en un intento de reivindicar una narrativa histórica que se alinee con el discurso del Estado Plurinacional.

Asimismo, hizo una escueta referencia a dos motines recientes: el ocurrido en 2019, cuando el entonces comandante Williams Kalimán pidió la renuncia de Evo Morales, y el del 26 de junio de 2024, encabezado por el general Juan José Zúñiga. Este último, cercano al propio Arce, lideró un intento de alzamiento que sigue generando controversia y cuya investigación judicial aún no ha sido esclarecida del todo.
“La seguridad y defensa del Estado no solo se definen por amenazas externas, sino también por factores internos de conspiración política”, sostuvo el mandatario al referirse a estos hechos.
Desde el servicio pasivo, el coronel Jorge Santistevan cuestionó duramente el momento y el contenido de la propuesta de Arce. “Esta doctrina intenta transformar a las Fuerzas Armadas en una milicia al servicio de una ideología. Es una idea socialista basada en principios ambiguos como la autodeterminación, y se plantea justo cuando el presidente está por dejar el poder”, advirtió.
Santistevan no fue el único en expresar preocupación. Otros mandos en retiro han advertido que las reformas anunciadas podrían poner en riesgo la independencia institucional de las FFAA, además de no haber sido previamente socializadas ni discutidas con el cuerpo militar activo.
Durante el acto, el comandante en jefe de las FFAA, general Gerardo Zabala Álvarez, presentó un informe de las principales acciones realizadas por la institución en 2025. Destacó los logros en la lucha contra el contrabando, con 6.683 efectivos desplegados y 1.694 operaciones, que permitieron la destrucción de rutas ilegales con un impacto económico estimado en más de Bs 100 millones.
También reportó la erradicación de 7.900 hectáreas de coca excedentaria y la intervención en casos de desastres naturales. Sin embargo, aprovechó el espacio para hacer un llamado al Gobierno: “Manifestamos la necesidad de seguir fortaleciendo nuestras tres fuerzas con mayor equipamiento, logística, tecnología y capacidades operativas”.
Ese llamado no tuvo una respuesta directa por parte del presidente, quien centró su discurso en los principios doctrinales y no en compromisos presupuestarios, lo que también fue interpretado por algunos como una omisión significativa en un contexto de cierre de gestión.
Fuente: El Deber