
la atomización manda en el tablero electoral departamental, que ya se empieza a calentar rumbo a las elecciones
La inclusión de Rodrigo Paz Pereira en la segunda vuelta electoral tras ganar la primera el 17 de agosto ha alterado los planes electorales en el departamento de Tarija. La mayoría de los líderes afilaban ya estrategias para lanzarse al éxito en marzo de 2026 luego de haber superado el trámite de la elección nacional sin quemarse demasiado.
Salvo María Lourdes Vaca que apostó con todo por Tuto, Adrián Oliva que reapareció junto a Doria Medina o algunos concejales que se sumaron en las listas de Manfred y Samuel, el resto guardó silencio estratégico sin protagonizar grandes actos, ni siquiera el alcalde Johnny Torres que dio apoyo explícito a Samuel y que ganó holgadamente en la capital del departamento, ha intentado capitalizar ese voto. Mario Cossío, que desde diciembre viene manifestando sus ganas de saltar al ruedo, o el propio Óscar Montes, que no se mojó demasiado aunque se ha visto obligado en la segunda vuelta por su enemistad manifiesta con Paz a tomar posición, tendrán que repensar sus estrategias con la nueva variable.
Ahora, en el bloque “antiMAS” tradicional se están colando nuevas opciones: Nasur, que sale del mismo riñón del MNR que gobierna en la Alcaldía pero que no es solo un plan B, sino una forma de ser más libre; TU, que lidera la diputada Luciana Campero, azote del masismo, pero con ganas de seguir en esto, para lo que se ha aliado ni más ni menos que con la hija de Jaime Dunn, y también el Todos de Adrián Oliva, que luego de haber roto de raíz con su aliado chaqueñó Wilman Cardozo, se le han abierto nuevas opciones de alianza.
A todos ellos se une, obviamente y pase lo que pase, algún candidato de Primero la Gente de Rodrigo Paz, que ansía reivindicarse en Tarija, y quién sabe si alguien del FRI, soporte de Tuto Quiroga en estos momentos.
El bloque popular tarijeño
La fragmentación en el bloque opositor tradicional tiene una razón de ser: aparentemente el bloque popular en Tarija, que durante años fue recortando terreno llegando a su cúspide en marzo de 2021, donde Álvaro Ruíz ganó con el MAS la primera vuelta de las elecciones a gobernador – aunque perdió severamente en segunda – ha entrado, aparentemente, en su destrucción final.
Considerar al movimiento popular desarticulado en Tarija – como en lo nacional – depende de la cualidad que se entregue al voto emitido el 17 de agosto a favor de Rodrigo Paz y Edman Lara. Ese día Alianza Popular de Andrónico Rodríguez sumó 24.000 votos, el MAS de Eduardo del Castillo 12.500 y el nulo que pidió Evo Morales 43.000. El PDC sumó 55.000, y aunque se podría considerar a la mitad como genuinos seguidores de Rodrigo Paz, el estudio más detallado suma al menos 120.000 votos en esa opción en Tarija, aproximadamente un tercio del voto emitido.

Por el momento no hay ni intención, pero en algún momento el bloque se sentará a evaluar su camino. Si no es a nivel nacional, lo harán a nivel departamental. Algunos apuestan por peregrinar de rodillas hasta Lauca Eñe y devolverle la sigla a Evo Morales para que opere como considere luego de los resultados. Otros sin embargo advierten que es más preciso construir un bloque popular progresista pero con opciones de gobernar: consideran que Evo Morales no es esa opción. Por otro lado, el MAS ha salvado la sigla, y aunque sea poco atractiva electoralmente, sirve de base para construir cualquier otra alternativa.
El bloque departamental nunca estuvo especialmente unido. De hecho en cuanto Evo Morales se subía al avión, se volvía a discutir punto por punto todo lo acordado, por lo que las opciones de reconstrucción no pasan por evocar un “MAS auténtico tarijeño” sino construir una alternativa nueva.
En la elección nacional, el MAS en Tarija obtuvo un 3,93, es decir, más alto que el porcentaje obtenido a nivel nacional. A ese “éxito” contribuyeron tanto los equipos de Julia Ramos como los del ministro Álvaro Ruíz, pero aún así, fueron los grandes derrotados de la jornada. Ramos se pronunció esta semana señalando que entraban en proceso de reflexión y Ruiz, que se ha encontrado con la mejor temporada anti incendios de los años recientes ejerciendo como ministro de Medio Ambiente, tiene todavía ganas de seguir en el ruedo.
El voto nulo no tuvo voceros en Tarija. Apenas un José Yucra, asambleísta, medio cansado de todo y poco más. Evo ha tenido muchos amigos circunstanciales en Tarija mientras era presidente, pero que lo han bancado poco cuando no.
Las esperanzas del bloque se centran en la viabilidad del proyecto sembrado por Andrónico Rodríguez y que salvo excepciones – como un Carlos Acosta que fue primero arcista, luego evista y luego androniquista – simbolizó la regeneración con cuadros como Dalio Ibáñez, Eliana Garzón, Cándida Colque o Cristian Araoz, apoyados de lejos por autoridades como Gladys Alarcón o Sara Armella.
En las sombras se mueven otros. Luis Alfaro, por ejemplo, ha vuelto al campo, pero no ha olvidado que la verdadera fuerza transformadora se encuentra en la política y en los movimientos sociales que la interpelan y nunca ha dejado de mostrar la patita. Lo propio con el equipo de Walter Ferrufino, que siempre apostó a la unidad incluso en momentos complejos pero que no logra tomar el paso bueno.
El último bloque lo capitanea Osman Palenque, conocido nacionalmente como “el Chonta” desde sus años de universitario y que ya ha gestionado su sigla para generar alternativas políticas en el departamento. Siempre subestimado, Palenque tiene capacidades de movilización popular puestas a prueba y con buenos resultados.
Fuente: El Pais