“Bienvenidos al cementerio de hombres vivos”: venezolanos denuncian abusos en la megacárcel de Bukele

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Ocho migrantes venezolanos deportados por el gobierno de Donald Trump acusan tratos inhumanos y torturas físicas en el Cecot, la prisión de máxima seguridad de El Salvador, donde fueron recluidos bajo sospechas no comprobadas de pertenecer al Tren de Aragua.

Arturo Suárez apenas tuvo una petición al llegar al Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), en El Salvador: conservar sus lentes. Según relata, los custodios se los rompieron durante una golpiza. Fue el inicio de lo que describe como una pesadilla. Se desmayó y lo llevaron cargado hasta el módulo 8, el pabellón donde entre marzo y julio de 2025 fueron confinados 252 migrantes venezolanos deportados desde Estados Unidos.

Separados de los pandilleros salvadoreños —para quienes originalmente fue diseñada la prisión—, estos venezolanos aseguran haber sido sometidos a una rutina de castigos, amenazas y humillaciones. Las autoridades salvadoreñas los habrían vinculado al Tren de Aragua, una organización criminal nacida en Venezuela y calificada por Washington como grupo terrorista. Sin embargo, muchos de ellos niegan rotundamente cualquier relación con la banda.

Suárez cuenta que, al despertar tras el ataque, apenas podía ver. En medio de la confusión, escuchó la voz del director del Cecot, Belarmino García, darles la bienvenida: “El famoso Tren de Aragua… Bienvenidos al infierno, bienvenidos al cementerio de hombres vivos. Ustedes sólo salen de aquí muertos. Aquí están en calidad de condenados”.

El Cecot, inaugurado en 2023 por el presidente Nayib Bukele, es un símbolo de su estrategia de mano dura contra las maras, la cual ha logrado una drástica caída de los homicidios en El Salvador, aunque con un alto costo en materia de derechos humanos. Diversas organizaciones internacionales han denunciado torturas, detenciones arbitrarias y condiciones inhumanas en el penal.

Entre los venezolanos que aseguran haber vivido esta realidad está Edwuar Hernández, exresidente de Dallas y trabajador en una fábrica de tortillas. Hernández recuerda la primera charla que escuchó en prisión: “Dijo que nunca volveríamos a probar pollo ni carne. Y que nosotros éramos del famoso Tren de Aragua. Le gritamos que éramos inocentes y él dijo: ‘Yo no soy nadie para juzgarlos, el que los juzgará es Dios’”.

La deportación masiva de estos migrantes ocurrió poco después de que el gobierno de Trump eliminara el Estatus de Protección Temporal (TPS) para los venezolanos el 5 de febrero de 2025, una medida que revocó la protección contra deportación otorgada durante el mandato de Joe Biden a casi 600.000 personas. Apenas tres días después, Suárez fue detenido mientras grababa un videoclip en Carolina del Norte.

La Casa Blanca argumentó que el traslado de los migrantes a El Salvador respondía a su supuesta afiliación con el Tren de Aragua, aunque no se presentaron cargos concretos ni se dio acceso a procesos judiciales. Para los deportados, la acusación es injusta y devastadora. Algunos ni siquiera conocían el nombre de la banda antes de ser marcados con esa etiqueta.

En medio de un clima de secretismo, la situación de estos venezolanos dentro del Cecot permanece poco documentada. Lo que sí está claro, según sus testimonios, es que fueron tratados no como migrantes en busca de refugio, sino como criminales condenados, sin juicio y sin voz.

Fuente: BBC

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