
La Conmebol decidió cancelar de forma definitiva el partido de Copa Sudamericana entre Independiente de Avellaneda y Universidad de Chile debido a los graves incidentes de violencia en el estadio Ricardo Bochini, que dejaron más de 100 detenidos y pusieron en duda las garantías de seguridad.
En una decisión sin precedentes en esta edición de la Copa Sudamericana 2025, la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) canceló de manera oficial el encuentro entre Independiente de Avellaneda y Universidad de Chile, correspondiente a los octavos de final del torneo, debido a la violencia desatada en el estadio Ricardo Enrique Bochini y en sus alrededores. El partido, que se encontraba 1-1 al inicio del segundo tiempo, fue suspendido tras los disturbios protagonizados por hinchas locales, que obligaron a detener el juego por falta de condiciones mínimas de seguridad.
La Dirección de Competiciones y Operaciones del organismo explicó que, ante la imposibilidad de reanudar el partido y considerando que el club anfitrión, junto con las autoridades locales, no ofrecieron las garantías necesarias para su continuidad, se procedió a cancelar el encuentro. “Se ha cumplido con lo establecido en el Manual de Clubes para situaciones similares, sin que la situación se haya subsanado”, señaló el comunicado oficial, agregando que el caso será elevado a los Órganos Judiciales de la Conmebol para su evaluación y resolución disciplinaria.

Los hechos de violencia, ampliamente cubiertos por medios argentinos, dejaron más de 100 hinchas detenidos, según reportes preliminares en Buenos Aires. La tensión comenzó en las tribunas y se extendió fuera del estadio, obligando a las fuerzas de seguridad a intervenir de forma masiva. Testigos informaron que hubo enfrentamientos entre facciones de la barra brava del club argentino, así como actos de vandalismo que pusieron en riesgo a jugadores, árbitros y aficionados.
La Comisión Disciplinaria de la Conmebol ahora deberá evaluar las sanciones correspondientes, que podrían incluir la eliminación de Independiente del torneo, multas económicas y prohibiciones para jugar en su estadio en futuras competiciones internacionales. Por su parte, Universidad de Chile se mantiene a la espera de la resolución oficial, que podría significarle la clasificación automática a la siguiente fase si se determina la responsabilidad exclusiva del club argentino.
Esta cancelación marca un nuevo capítulo de tensión en el fútbol sudamericano, donde la violencia en los estadios continúa siendo una amenaza latente para la integridad del deporte y la seguridad de los asistentes.
Fuente: El Deber