El PDC bajo fuego por reunión con Arce y apoyo de Evo antes del balotaje

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La reunión anticipada entre Rodrigo Paz y el presidente Luis Arce sobre una eventual transición de gobierno, sumada al respaldo público de Evo Morales al PDC, desató una ola de críticas y acusaciones que ponen en entredicho la independencia política del binomio Paz–Lara a semanas del balotaje.

El Partido Demócrata Cristiano (PDC), liderado por el candidato presidencial Rodrigo Paz, enfrenta una creciente presión política tras sostener una reunión con el presidente Luis Arce antes de celebrarse la segunda vuelta electoral, prevista para el 19 de octubre. El encuentro, catalogado por la oposición como una “transición anticipada”, ha levantado sospechas sobre posibles acuerdos entre el oficialismo y el binomio que resultó ganador de la primera vuelta con un 32% de los votos, aunque sin alcanzar la mayoría necesaria para asumir el poder directamente.

Desde la alianza Libre, Jorge Tuto Quiroga, su candidato presidencial, fue el primero en cuestionar abiertamente la reunión. El expresidente denunció una violación a la Constitución Política del Estado (CPE), que establece que sólo se puede hablar de transición tras una victoria en segunda vuelta. Además, criticó duramente a Paz por proponer públicamente que se suspenda el balotaje, calificando ese gesto como un intento de “coronación” y una falta de respeto al voto popular.

“En democracia no se corona, se respeta la Constitución. 32% o 27% no es mayoría”, afirmó Quiroga durante un evento de campaña. También lanzó una advertencia sobre su seguridad personal, sugiriendo que cualquier daño que pudiera sufrir sería responsabilidad directa del binomio del PDC, en especial por el “lenguaje hostil” de su candidato a la vicepresidencia, Edman Lara.

A estos cuestionamientos se suma un nuevo factor: el respaldo público de Evo Morales al PDC. El líder cocalero, quien en la primera vuelta promovió el voto nulo, sorprendió al declarar que las organizaciones sociales afines al evismo apoyarán al binomio Paz–Lara. “Por lo menos un 12% del voto de Paz-Lara es nuestro voto”, declaró Morales, justificando su apoyo en que Lara “no va a privatizar la educación”.

Este respaldo desató nuevas acusaciones de un posible acuerdo entre el PDC y el ala evista del Movimiento al Socialismo (MAS). Juan Pablo Velasco, candidato a la vicepresidencia por Libre, aseguró que Lara y Morales “piensan igual” y que el acercamiento era previsible.

El panorama se complica aún más con la aparición de figuras vinculadas a antiguos operadores políticos y empresariales en el entorno del PDC, como José Gabriel Espinoza, exjefe del Banco Central y exasesor de Samuel Doria Medina, y Dardo Gómez, vinculado a Marcelo Claure. Estos nombres reavivan la narrativa de pactos bajo la mesa y alimentan la percepción de que Paz y Lara no operan solos.

Mientras tanto, desde el oficialismo también se lanzan acusaciones cruzadas. La diputada Rosario García, cercana al presidente Arce, afirmó que el verdadero acuerdo se está gestando entre Morales y Lara, y que detrás del respaldo evista habría una negociación para asegurar impunidad a Morales y abrirle paso para recuperar la sigla del MAS-IPSP, así como controlar las elecciones subnacionales.

A pesar del clima de sospecha, el PDC intenta proyectar seguridad. Su vocero, Marcel Rivas, aseguró que las denuncias en su contra son parte del pasado y que el partido se encuentra en una posición legítima para liderar el país. “El pueblo boliviano nos dijo que el PDC es la primera fuerza política y nosotros vamos a probar esa circunstancia”, afirmó en conferencia de prensa.

A medida que se acerca la segunda vuelta, el PDC no solo deberá enfrentar a su rival en las urnas, sino también superar el creciente escepticismo sobre su independencia y las alianzas que lo rodean.

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