
A pesar de reportes oficiales del INE que indican desaceleración, el análisis económico de Romero revela que el aumento de precios de septiembre 2025 es la más elevada en casi cuatro décadas, debido a la inestabilidad cambiaria, escasez de combustibles y falta de medidas estructurales.

La inflación acumulada en Bolivia alcanzó 18,33% a septiembre de 2025 es la más alta en 39 años, superando las cifras registradas desde 1987 hasta 2024 y además representa el nivel más alto de inflación acumulada durante el período socialista en el país, desde 2026 hasta la fecha, dijo el analista económico, Fernando Romero.
El análisis de Romero se contrapone a lo afirmado ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), cuyo análisis sostiene que, a septiembre de 2025 la inflación mensual fue de solamente 0,20%, menos de la cuarta parte de la registrada en agosto, con una inflación acumulada de 18,33%, apenas 0,24 puntos porcentuales superior al mes anterior.
El economista resaltó que, aunque no se pone en duda la metodología del INE para medir el Índice de Precios al Consumidor (IPC), las estadísticas oficiales no reflejan plenamente la realidad que enfrentan muchas familias y empresas, donde la sensación del impacto inflacionario es mucho más fuerte.
Entre los factores que mantienen la inflación elevada y sostenida está la escasez de dólares, la falta de carburantes, el exceso de bolivianos en circulación, la especulación, la baja producción nacional, el contrabando inverso y las expectativas inflacionarias. No se han aplicado medidas estructurales recientes que moderen esta dinámica.
Romero enfatizó que uno de los retos centrales del nuevo Gobierno será dominar esta inflación para evitar una mayor devaluación del boliviano y la consecuente pérdida del poder adquisitivo.
Para ello, recomendó implementar medidas monetarias y cambiarias sostenibles, tales como reducir la oferta monetaria, equilibrar los tipos de cambio del dólar y garantizar un suministro oportuno de diésel y gasolina a la economía boliviana, con el fin de estabilizar los precios y restaurar la confianza económica.
Estos datos oficiales y análisis coinciden con el pronóstico del Fondo Monetario Internacional (FMI), que proyecta una inflación de alrededor del 15,8% para todo el año (2025) en Bolivia, cifra que refleja la mayor aceleración inflacionaria en décadas, motivada por factores estructurales profundos y recientes crisis sociales y económicas que han afectado el abastecimiento y los costos en el país.
Fuente: El Diario