
En medio de crecientes tensiones con Estados Unidos tras un ataque letal a una embarcación presuntamente venezolana, Nicolás Maduro aseguró que Venezuela sigue de pie gracias a la unión cívico-militar. Denunció una nueva “embestida imperialista” y pidió apoyo internacional, mientras refuerza la movilización interna y el discurso de resistencia.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, volvió a cargar contra Estados Unidos este miércoles, al denunciar una nueva “embestida imperialista” tras el ataque militar estadounidense a una supuesta narcolancha en el Caribe. En un acto oficial para conmemorar los 80 años de la victoria china sobre Japón, el mandatario chavista aseguró tener una “fe inquebrantable en la victoria” y reiteró que la unión entre el pueblo, la policía y las fuerzas armadas garantiza la paz en el país.
“Venezuela está de pie y así seguirá, con serenidad y con fe inquebrantable en la victoria”, declaró Maduro desde Caracas, acompañado por el embajador chino Lan Hu. En su discurso, trazó un paralelismo entre la lucha histórica del pueblo chino y la resistencia actual del chavismo frente a lo que calificó como la mayor amenaza militar de Estados Unidos en un siglo.
El Gobierno venezolano ha respondido al aumento de tensión militar con una ofensiva interna: ha desplegado tropas en la frontera con Colombia en coordinación con el presidente Gustavo Petro y ha iniciado una campaña de inscripción masiva en la Milicia Bolivariana. Esta fuerza, integrada por civiles y trabajadores públicos, es considerada por Maduro como “el arma secreta del pueblo” frente a posibles agresiones.
El ministro de Defensa, Vladimir Padrino, ha encabezado jornadas públicas para alentar el alistamiento, incluso utilizando recursos de inteligencia artificial para revivir figuras históricas como Francisco de Miranda y hacerlos parte de la propaganda oficial. “La milicia es la voz del pueblo contra la agresión imperialista”, afirmó Padrino.

En paralelo, Maduro ha buscado apoyo internacional para desescalar el conflicto. En una gestión diplomática directa, pidió al secretario general de la ONU, António Guterres, intervenir ante Washington. La respuesta vino a través del vocero Stéphane Dujarric, quien expresó su “profunda preocupación” por el aumento de las tensiones y llamó a resolver las diferencias conforme al derecho internacional, aunque evitó pronunciarse sobre la legalidad del ataque estadounidense.
En Caracas, también se expresó el número dos del chavismo, Diosdado Cabello, quien cuestionó la versión oficial de Estados Unidos sobre la lancha interceptada. “No hay gasolina, no caben 11 personas ahí. Todo esto es un montaje para fabricar un cambio de régimen”, declaró en su programa semanal Con el Mazo Dando. También ironizó con las acusaciones de vínculos entre el Gobierno venezolano y organizaciones criminales como el Tren de Aragua o el Cartel de los Soles, calificándolas como “historias de Netflix”.
La administración de Maduro considera que estas acciones forman parte de una estrategia más amplia de Estados Unidos para presionar por un cambio de gobierno en Venezuela. En los últimos meses, el chavismo ha intensificado su retórica de soberanía y resistencia, consolidando alianzas con potencias como China mientras denuncia una supuesta campaña internacional de deslegitimación.
El conflicto actual ha elevado el tono diplomático, militar y mediático en la región. Mientras tanto, la comunidad internacional observa con cautela una escalada que podría tener implicaciones en el equilibrio geopolítico del continente.
Fuente: El País