
La reforma doctrinal de las Fuerzas Armadas, anunciada por el presidente Luis Arce en el marco del bicentenario de la institución, generó preocupación y rechazo entre militares en retiro. Denuncian riesgos de politización y advierten que el proyecto podría transformar a la entidad en una “milicia armada” con sesgo ideológico.
La conmemoración de los 200 años de creación de las Fuerzas Armadas en Bolivia, celebrada este miércoles en la ciudad de Sucre, fue escenario del anuncio presidencial de una reforma a la doctrina militar, lo que rápidamente encendió alarmas entre mandos militares en retiro. El presidente Luis Arce propuso una “nueva política de seguridad y defensa del Estado”, basada en los principios de “soberanía popular” y “autodeterminación de los pueblos”, como parte de una reforma estructural que, según dijo, debe ser debatida y aprobada por la Asamblea Legislativa.
Sin embargo, la iniciativa ha sido recibida con escepticismo por parte de exautoridades castrenses, quienes consideran que el contenido y el enfoque de la propuesta podrían derivar en una peligrosa politización de la institución castrense.
“Hay que tener mucho cuidado con los lineamientos ideológicos de izquierda que se pretenden aplicar, más aún si son cambios que no han sido socializados con el personal militar”, advirtió un general en servicio pasivo que prefirió mantener su nombre en reserva mientras tramita su jubilación. Según el oficial retirado, se corre el riesgo de convertir a las Fuerzas Armadas en una “estructura servil al poder político”.
En esa misma línea, el coronel del Ejército en retiro, Jorge Santistevan, fue enfático al señalar que las Fuerzas Armadas no pueden diseñar su política de defensa bajo directrices partidarias. “Los términos empleados por el presidente dan a entender que se busca tener unas Fuerzas Armadas que funcionen como milicias al servicio de una ideología. Hablar de autodeterminación de los pueblos y soberanía popular suena bien, pero su implementación podría llevar al caos y a una pérdida de institucionalidad”, sostuvo.

Durante el acto oficial, el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, general Gerardo Zabala, planteó la necesidad de fortalecer a la institución con más recursos logísticos, tecnológicos y operativos. Su intervención fue vista como un llamado a la reflexión, en un momento en que la institución enfrenta crecientes desafíos.
“Hermano presidente, este Bicentenario es motivo de celebración, pero también de profunda reflexión. Manifestamos la necesidad de seguir fortaleciendo nuestras tres fuerzas”, dijo Zabala ante el mandatario.
No obstante, esta demanda no fue correspondida con compromisos concretos, sino con un discurso presidencial que fue percibido por algunos como cargado de ideología. El general en retiro Fernando Alcázar lamentó la falta de un reconocimiento genuino a la labor de las Fuerzas Armadas y criticó el enfoque político del mensaje de Arce.
“El discurso del capitán general de las Fuerzas Armadas no tiene que estar impregnado de elementos político ideológicos”, señaló Alcázar en entrevista con El Deber. Añadió que los pedidos del comandante en jefe llegan tarde, cuando el actual gobierno ya se encuentra en la recta final de su mandato y en pleno contexto electoral.
En medio de este debate, los sectores militares retirados piden un análisis técnico y no ideológico de cualquier reforma, subrayando la importancia de preservar la independencia institucional de las Fuerzas Armadas y su rol constitucional.
Fuente: El Deber