Adam Sandler regresa como Happy Gilmore en una secuela que mezcla nostalgia y madurez

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A casi 30 años del estreno de Happy Gilmore, Adam Sandler vuelve a calzarse los zapatos del golfista más irreverente del cine en una secuela que rinde homenaje al pasado, mientras se adapta a los tiempos actuales. Con una mirada más madura y sensible, el actor y productor busca reconectar con su audiencia de siempre y conquistar a una nueva generación.

En esta nueva entrega de Happy Gilmore, el icónico personaje creado por Adam Sandler regresa no solo como un guiño al humor noventero que lo hizo famoso, sino también como un ejercicio de equilibrio entre la comedia clásica y una sensibilidad moderna. Sandler, ahora también consolidado como productor de la mano de Netflix, reflexiona sobre su evolución personal y profesional al encarnar nuevamente al excéntrico gol

“Ambos nos dejamos crecer la barba, ambos tenemos hijos, amamos a nuestras esposas y recibimos muchas llamadas de Shooter McGavin”, bromeó, refiriéndose al eterno antagonista interpretado por Christopher McDonald, quien también regresa para esta secuela.

Lejos de quedarse en la simple fórmula de revivir chistes del pasado, Happy Gilmore 2 apuesta por un tono más reflexivo, sin abandonar la esencia de su humor absurdo y entrañable. Julie Bowen también retoma su papel como Virginia, la esposa de Happy, en un reencuentro que refleja la química de hace casi tres décadas, pero con una madurez emocional evidente en pantalla.

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Christopher McDonald, por su parte, reconoció que el enfoque de la comedia ha cambiado: “Hace 29 años nos salíamos con la nuestra mucho más fácil. Hoy tratamos de mantenernos cerca del espíritu original, pero sin pasarnos de la raya. Hay un par de chistes por aquí y por allá que siguen siendo graciosos. Y si a alguien no le parece, sepan que ese día estábamos pasándola bien, y eso es todo lo que puedo decir”, dijo entre risas.

Uno de los desafíos emocionales del proyecto fue homenajear a los actores del elenco original que ya no están. Sandler explicó que quisieron rendir tributo con respeto a esos personajes: “Tratamos de hacer un guiño a todos los del primer filme y a los que fallecieron. Queríamos mostrarles respeto por lo que significaron”.

Más que una continuación convencional, Happy Gilmore 2 se posiciona como un puente entre generaciones, una película que mantiene el ADN del humor que hizo reír a millones en los años 90, pero con la capacidad de reírse también del paso del tiempo.

Con esta secuela, Adam Sandler reafirma su lugar como un referente de la comedia estadounidense. Su evolución como artista, comediante y padre se traduce en una película que no solo apela a la nostalgia, sino que demuestra que es posible madurar sin perder el sentido del humor.

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