Condenan a tres años de cárcel al único policía juzgado por el caso Breonna Taylor, cinco años después de su muerte

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Cinco años después de la trágica muerte de Breonna Taylor, una mujer afroamericana de 26 años que fue abatida a tiros por la policía en su propia casa durante una redada fallida, un juez federal en Kentucky ha condenado a tres años de prisión al ex agente Brett Hankison, el único oficial acusado y sentenciado en relación con el caso que sacudió a Estados Unidos en 2020.

La sentencia fue dictada este lunes por la jueza federal Rebecca Grady Jennings, quien desestimó la recomendación del Departamento de Justicia que pedía solo un día de cárcel para Hankison, alegando que había sufrido «estrés psicológico» durante el proceso judicial. En cambio, el ex agente deberá cumplir 33 meses en prisión y un año de libertad supervisada por haber violado los derechos civiles de Taylor.

Durante el operativo policial en marzo de 2020, Hankison disparó múltiples tiros hacia el apartamento de Taylor sin una línea de visión clara, en medio de una caótica redada antidroga en la ciudad de Louisville. La joven estaba en casa junto a su novio, quien poseía un arma legal y disparó al pensar que se trataba de un robo. La policía respondió con fuego indiscriminado, matando a Taylor.

A pesar de la magnitud del caso y su impacto nacional, ningún otro agente ha sido condenado. Uno de los ex policías involucrados, Kelly Goodlett, se declaró culpable de haber conspirado para obtener una orden de allanamiento falsa, y su juicio ha sido pospuesto hasta febrero de 2026.

En 2022, bajo la administración de Joe Biden, el Departamento de Justicia publicó un duro informe tras investigar al Departamento de Policía de Louisville. El documento concluyó que los agentes usaban fuerza excesiva, sujeciones de cuello injustificadas, perros y armas táser sin justificación, además de realizar redadas sin previo aviso, y aplicar prácticas discriminatorias contra afroamericanos y personas con discapacidad.

La muerte de Taylor, ocurrida el 13 de marzo de 2020, encendió protestas masivas en todo el país, convirtiéndose en uno de los símbolos del movimiento Black Lives Matter, junto al asesinato de George Floyd en mayo de ese mismo año. Tras la indignación pública, Louisville prohibió el uso de órdenes de allanamiento «sin llamada», la práctica que permitió a los policías entrar al domicilio sin identificarse.

Aunque la sentencia contra Hankison representa un cierre parcial para la familia de Taylor, organizaciones de derechos civiles consideran que la justicia sigue incompleta. “No fue solo una bala lo que mató a Breonna, sino un sistema entero”, han repetido activistas desde que se conoció el veredicto.

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