
Turquía ha confirmado la realización de una nueva ronda de negociaciones entre Ucrania y Rusia este miércoles en Estambul. La reunión tendrá lugar en el histórico palacio de Çırağan, en medio de una creciente presión diplomática, nuevas bajas civiles en ambos países y avances militares rusos en Donetsk.
El encuentro, el tercero en lo que va del año, estará centrado en la continuidad de los acuerdos previos sobre intercambio de prisioneros y recuperación de cuerpos de combatientes caídos. La delegación ucraniana estará encabezada por el exministro de Defensa Roustem Oumerov, mientras que el Kremlin ha rebajado las expectativas adelantando que «no habrá avances milagrosos».
La cita se produce tras una escalada de violencia en ambos frentes. En las últimas 24 horas se han reportado al menos cinco muertos en territorio ruso y zonas ocupadas, mientras que en Ucrania se confirmó la muerte de un niño de 10 años y al menos 36 heridos en ataques recientes.
El Ministerio de Defensa ruso informó este martes la captura de la aldea de Novotoretske y una posible incursión en la ciudad de Pokrovsk, ambas en la región oriental de Donetsk

En el plano político, Moscú mantiene una postura inflexible: exige que Ucrania ceda el control de cuatro regiones actualmente ocupadas, además de Crimea y renuncie de forma definitiva a unirse a la OTAN. Kiev, por su parte, considera inaceptables esas condiciones y exige el retiro total de las tropas rusas, así como garantías de seguridad respaldadas por Occidente.
Mientras tanto, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha fijado un ultimátum a Rusia: tiene 50 días para alcanzar un acuerdo de paz, de los cuales ya han transcurrido ocho. De lo contrario, enfrentará nuevas sanciones coordinadas con los aliados europeos, según advirtió la Casa Blanca.
Por otro lado, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, enfrenta críticas internas e internacionales tras la aprobación de una ley que endurece las restricciones a dos agencias clave en la lucha contra la corrupción. La medida ha generado preocupación sobre el estado de la democracia y la transparencia en el país, especialmente en un contexto de guerra prolongada.